El Lenguaje del Tarot
Me refiero al lenguaje del tarot porque el Tarot es una forma de expresar y comunicar. Una manera de ver una historia a través de unas imágenes visuales, arquetípicas y plagadas de simbología.
En una lectura de tarot, usamos las combinaciones de las cartas, unas detrás de otras o… de forma desordenada, da igual el orden… al final siempre vienen a traer un mensaje, una información que has pedido, o bien, que tienes que saber.
El propósito del tarot no es una sentencia. No pretende que lo que te diga no se pueda modificar, sino que entiendas en qué momento estás en tu vida y hacia dónde te diriges si no haces nada por cambiar las cosas. Y siempre, ese “hacer” viene de ti. Es tu trabajo interno, a través de tus acciones, la meditación, e incluso la ley de la atracción, que puedas cambiar el destino que esa lectura de tarot indica para ti.
El tarot expresa emociones, acción, pensamientos, y como la persona se desenvuelve en su entorno. Si se siente segura, si tiene algún tipo de carencia, si es correspondida por otra persona o no, si se aproxima un cambio radical en su vida o una ruptura de pareja, una discusión importante… ¿se puede evitar?, SI, pero con matices y siendo conscientes de que el poder siempre parte de uno mismo.
Eso es lo maravilloso del tarot. Podemos, con trabajo interno y con constancia, cambiar las cosas siempre que lo deseemos de verdad.
Las palabras del lenguaje del tarot: los arcanos.
El tarot se compone de 78 cartas: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores. Y hay diferencias entre ambos.
Los arcanos mayores son los arquetipos de la vida de una persona, tal y como indica el psicólogo suizo Carl Gustav Jung y al que le debemos la expresión de “sincronicidad”. Jung dice que estos 22 arcanos indican la experiencia de vida de cualquier persona. Que todos pasamos por estos procesos de la vida y que todos los experimentamos.
También Jung nos enseña que nada es casualidad, sino que todo es “causal”, y que de las energía que emitimos en cada momento va a depender que nos suceda una cosa o la otra.
Jung nos invita a ir a las profundidades de las aguas que custodia la suma sacerdotisa, aunque, por otro lado también nos advierte de que no estamos preparados para enfrentarnos a nuestro propio subconsciente ni a nuestros miedos que ahí se alojan. Hasta que no hayamos experimentado los 22 arcanos del tarot, no seremos capaces de enfrentarnos a estos miedos y resolverlos… si es posible.
Para ello comenzamos la aventura del recorrido de los 22 arcanos mayores con el arquetipo EL LOCO, el que no tiene ningún tipo de experiencia pero está deseoso de emprender un camino, con toda pureza y bondad, pero de forma totalmente inestable, pues no tiene ningún plan de vida. El loco se limita a ser un vagabundo y a ir de aquí para allá queriendo vivir experiencias como prioridad, quiere disfrutar y emprender su ruta.
El loco inicia un viaje y en este viaje se va a ir encontrando uno a uno, con los 21 siguientes arquetipos del tarot.
Encontrará al mago, a la suma, la emperatriz, el emperador…. Hasta llegar al arcano XXI, el mundo, donde habrá concluido su viaje.
Los 56 arcanos menores nos indican sucesos, acontecimientos del día a día. A mi me encanta decir que son los “chivatillos” y son traviesos, pues nos cuentan el chisme y el detalle de lo que va a acontecer.
Debo reconocer que yo estuve muchos años sin usar los arcanos menores, pues estaba tan entusiasmada con los 22 arcanos mayores que sentía que no tenía ninguna necesidad de aportar más información a mis lecturas. Me costó ir integrando los menores, pues sentía que no me decían gran cosa o que me confundían. Pero a día de hoy, muchos años después, debo admitir que la experiencia de complementar todos los arcanos es totalmente enriquecedora y visualmente aportan toda la información que se necesita para ayudar al consultante.
Comprender el lenguaje del tarot.
¿Cómo leemos el tarot?; de una forma muy gráfica y de un modo intuitivo.
Gráfica porque el tarot es un lenguaje, como indiqué al principio, arquetípico y de simbología. Nos guiamos en la línea temporal (de izquierda a derecha) de cartas, que juntas nos van indicando hacia dónde se dirige una situación.
Intuitiva, porque muchas veces, a través de la canalización podemos captar mensajes que nos aclaran algún matiz que no teníamos claro. Y ahí es donde debemos confiar plenamente… en nuestra intuición.
Siempre digo que el tarot habla a quien echa las cartas, y cada vez lo asumo más, ya que el mensaje que recibe una persona no puede ser igual al que recibe otra, aunque sea la misma tirada.
El tarot es un lenguaje maravilloso. Como el braille, como los jeroglíficos, como la poesía, como la mímica, como el cómic, como la novela, como un sueño. También el tarot viene a contar una historia a través de sus arquetipos y sus láminas de colores, es tu decisión aprender este lenguaje y descifrar sus códigos para arrojar luz a cualquier situación que esté por venir…
La diferencia radica en la línea temporal. El tarot lee hacia dónde se dirigen tus energías disponibles en este momento… hacia el futuro. Y eso es lo que leemos las tarotistas.
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Fotos: Pinterest.